La toxina botulínica, como su nombre lo indica, es una toxina producida por la bacteria Clostridium botulinum. Esta sustancia bloquea las señales de los nervios a los músculos, por lo que estos se relajan. Si bien es cierto que la infección por esta toxina (aunque rara) es sumamente grave, los médicos han encontrado que en dosis muy pequeñas tiene beneficios para la salud.

Los tratamientos médicos en los que popularmente se utiliza esta toxina son para la sudoración severa de manos y axilas (hiperhidrosis); distonías musculares; blefarospasmo (parpadeo incontrolable); estrabismo (ojos desviados); cefalias (como migrañas), entre otros, menciona la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.

La aplicación de la toxina botulínica se realiza con agujas similares para las inyecciones de insulina. Foto: Tomado de areaoftalmologica.com

Bótox inhibe tics e hipersudoración

La toxina botulínica tiene varios nombres comerciales, siendo el más conocido Botox (otro es Dysport) el cual al ser leído o escuchado se asocia con tratamientos de belleza y juventud. De hecho, según la agencia Europa Press, la aplicación de toxina botulínica fue uno los tratamientos estéticos más demandados para la temporada navideña 2021.

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Así que si le da curiosidad este procedimiento cosmético o está planeando en acceder a uno, lea la guía que le presentamos a continuación.

Menos arrugas faciales

“Tenemos dos tipos de arrugas, fijas y dinámicas. Las dinámicas son las llamadas líneas de expresión cuando reímos o fruncimos el ceño”, explica la dermatóloga Marcela Ricaurte Jiménez (@dramarcelaricaurte.dermato).

Dado que la toxina botulínica bloquea la sinapsis muscular, evita que se contraigan los músculos y con ello la formación de arrugas. De ahí que desde la década del 90 se haya empezado a emplear esta sustancia a favor de la belleza.

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Fotografía donde se ve el procedimiento de implantación de una inyección de la toxina botulínica, conocida por botox, en la cara de una paciente. Comúnmente se inyecta en las arrugas de la frente y alrededor de los ojos.

Las arrugas que causa el Botox

Protocolo

Una vez que el paciente ingresa al consultorio estético, el especialista le hará una evaluación previa, explica la esteticista Gissela Quezada (@gisspa_ec). “Se hará una ficha técnica para saber, por ejemplo, si la persona está consumiendo medicamentos que pueden afectar la aplicación del botox”.

También se evaluarán los puntos del rostro en los cuales se va a trabajar, y en ese sentido cada mapa facial es distinto. “Se aplica en diferentes áreas, pero la más común es la zona del tercio superior del rostro, donde está la frente, ya que ahí se forman líneas como acordeón cuando se elevan las cejas”.

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Otras líneas de expresión que se marcan mucho son el entrecejo a la altura donde descansan los anteojos, a la altura de los músculos orbiculares de los ojos (donde se originan las patitas de gallo), de los músculos corrugadores que están alrededor de las cejas o en aquellos alrededor de las aletas de la nariz, y en el cuello, en personas que pasan los 45.

Según la intensidad de estas arrugas y las áreas deseadas, se determinan las unidades de toxina necesarias para el paciente.

La FDA recomienda aplicar el botox cada doce semanas mediante inyecciones múltiples para el tratamiento de las migrañas, pues esta sustancia tiene otros usos médico además los estéticos.

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Cómo funciona

Se limpia la piel antes de la aplicación, que puede tomar de 20 hasta 25 minutos, ilustra Quezada, quien además asegura que es prácticamente indoloro. “Las inyecciones que se utilizan son inyecciones como de insulina, pequeñitas, sobre los puntos del paciente previamente marcados”.

Según Ricaurte, la toxina botulínica tiene un inicio de acción entre 7 a 10 días, cuando alcanza su efecto máximo, el cual se va disminuyendo en un transcurso de 3 a 6 meses.

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Entre las principales indicaciones luego de su aplicación es no bajar la cabeza, porque puede haber un desplazamiento del producto, durante al menos 4 horas. Ni dormir en este lapso, aclara Quezada.

Otro cuidado adicional es emplear bloqueador solar.

El uso del botox aumenta cada día. A este producto se lo relaciona con los tratamientos contra la vejez, pero sus alcances médicos son mayores.

Tratamiento preventivo

Dado que limita la creación de arrugas, Ricaurte recomienda la aplicación de la sustancia botulínica como una estrategia preventiva. “Funciona excelente en la prevención de la formación de arrugas para evitar tratamientos cosméticos más costosos” más adelante, sugiere la especialista.

Aunque no hay una edad inicial para iniciar, Ricaurte dice que se puede comenzar a los 28 - 30 años.

De acuerdo con Quezada, hay casos en que se puede empezar a edad temprana cuando son personas con malos hábitos, los cuales han terminado desmejorando su piel. “Por ejemplo, en pieles que son muy secas en los fumadores, incluso si fuman los cigarrillos electrónicos. La piel más seca tiende a marcarse a temprana edad”.

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Hay contraindicaciones

Las inyecciones de botox no están exentas de contraindicaciones. Unas de ellas, aclara Ricaurte, son las alergias a algún componente de la fórmula, infección activa en lugar de la inyección, no se puede inyectar en un lugar donde hay abscesos pústulas y algunas enfermedades inflamatorias de la piel. “Pero eso es algo controversial, porque manejado el tratamiento adecuadamente no debería provocar ningún problema”, sostiene la dermatóloga.

Mujeres embarazadas o lactantes deben abstenerse, así como los pacientes con neuropatías motoras periféricas, es decir, personas que padecen debilidad, entumecimiento y dolor, generalmente en las manos y los pies.

Frecuencia: cuántas veces se puede aplicar

Tomando en cuenta que después de 6 meses el efecto del botox se ha desvanecido por completo, este es el tiempo que se debe esperar para una reaplicación. Incluso, las pieles más jóvenes necesitan tiempos más prolongados, afirma Ricaurte.

“Pero la replicación de la toxina no se la puede hacer antes de los 6 meses, porque al hacerlo precozmente vamos creando anticuerpos contra ella, hasta llegar a un momento cuando ya no vamos a lograr el efecto deseado. Es decir, vamos a necesitar más unidades con un efecto cada vez más corto”, dilucida la doctora.

Botox no es lo mismo que rellenos faciales

No es raro encontrar pacientes o curiosos que confunden toxina botulínica con ácido hialurónico. “Son dos cosas diferentes. La toxina botulínica es una tratamiento preventivo, ayuda a disminuir las arrugas en el rostro y hacer más sutiles las líneas de expresión, dependiendo de la edad que empezamos a usarla. El ácido hialurónico rellena las arrugas que ya están formadas, va a sustentar el rostro por pérdida de grasa, músculo, flacidez facial por envejecimiento, en esos casos ya no funciona la toxina”, destaca Marcela Ricaurte.

Se pueden usar los dos en el mismo tratamiento, agrega, pero es preferible aplicar primero la toxina para que cumpla su efecto y complementar con el ácido, que también es una sustancia inyectable, complementa Quezada. “Se prescribe para arrugas profundas, como los pliegue nasogenianos. El ácido no solo rellena sino que incluso mejora notablemente la coloración”.

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El hialurónico es un componente natural del tejido conectivo de la piel, el cual se va perdiendo con el paso de los años. Los resultados suelen durar de seis meses a un año al plicarse este relleno.

“También está el uso de bioestimuladores que son medicamentos que ayudan a estimular la producción de colágeno por parte del mismo cuerpo y piel, con lo que forman como un relleno natural”, apunta la dermatóloga Ricaurte.

Evite los excesos

La ilusión de verse eternamente joven hace que algunas pacientes se excedan en estos tipos de tratamiento y reciban aplicaciones de todo tipo de productos. Son los casos de personas de que de la noche a la mañana aparecen con sus rostros ‘hinchados’.

“Pudiera ser que hayan utilizado mucho relleno de ácido hialurónico y han abusado de la toxina botulínica, que se debe usar para mejorar las líneas de expresiones, pero no puede quedar una piel totalmente frizada o congelada, porque hasta un bebé pues cuando sonríe hace sus líneas de expresión naturales”, apunta la esteticista Quezada, que también busca profesionalizarse en nutrición.

La esteticista Gissela Quezada menciona a la cantante JLo como un caso equilibrado de tratamientos estéticos a sus 50 años sin rayar en los excesos. Foto: Foto de Instagram @jlo.

“Por ejemplo, a mí me gusta el resultado en la piel de Jennifer López que a sus 50 años tiene sus gestos y tiene aplicación de toxina y hialurónico, pero de una manera muy suave sutil, además del perfilamiento de su rostro que es muy bonito con sus cejas elevadas”.

Se puede lograr este efecto, suma Gissela, sin exagerar. “La idea es lograr un rostro, pero no totalmente sin expresión, eso no es lo que se quiere. Eso es exagerar de estos productos”